lunes, marzo 08, 1999

¿Transformación o Utopía?

“El mundo es como es” –dicta el viejo adagio— “No quieras cambiarlo”. Y no obstante, el programa de Liderazgo Educativo comenzó hablando de la transformación individual y social. ¿Fue esto otra expresión más de vanas e idílicas esperanzas, o tuvo substancia en algo tangible, palpable? Como facilitador de la mayoría de los módulos, he podido observar un proceso que un participante prominente expresó en palabras como estas:
“Cuando comencé en el programa, cuestioné fuertemente algunos contenidos que hablaban de bondad, transformación, espíritu de servicio, amor, trascendencia, etc. No estaba acostumbrado a encontrar en textos universitarios esta clase de palabras, que me parecían incluso tener cierto tinte religioso. Me parecía utópico y poco práctico, pues me había inscrito para aprender nuevas técnicas y metodologías, no sólo palabras inútiles.
"Pero me fui dando cuenta de que era necesario pasar primero por una etapa de cambio de viejos modelos mentales, pues las técnicas y metodologías que después recibimos son tan sólo herramientas. Sin un verdadero cambio interior, ¿cómo asegurar que estos instrumentos sean utilizados para el bien común y no para servir intereses limitados en detrimento de la comunidad?”



¿Cómo se manifestó en la práctica esta transformación? En realidad, los ejemplos son tan numerosos que sería imposible nombrarlos todos. Personas que antes se valían de cualquier pretexto para zafarse de clases, caminaron durante horas para llegar a tiempo durante un paro, acudieron a los talleres a pesar de enfermedad, o se quedaron todo el día sin almorzar por falta de pago. Personas que alguna vez seguían la ley del mínimo esfuerzo para cumplir a duras penas las exigencias, ahora ejercían un máximo de empeño, considerando a los requisitos del programa meramente como punto de partida.

En palabras de una monitora: “Están dispuestos a hacer cualquier cosa para sacar adelante a sus comunidades. Ya han cumplido con sus talleres de réplica, y aún siguen dando talleres donde lo vean necesario. Han pasado días enteros en la comunidad. Realmente están metidos de cabeza, y con un entusiasmo que contagia”. El día después de un taller de réplica, un padre de familia buscó a los facilitadores para preguntarles qué le habían hecho a su esposa y para pedir si fuera posible hacer lo mismo con el resto de la comunidad!

No sólo los individuos han cambiado; también existen abundantes ejemplos de transformación de las estructuras sociales, ya sea a nivel familiar, comunitario, institucional, o de aula. Donde antes había autoritarismo, ahora se logra la auto-disciplina mediante uso del “convenio de responsabilidades compartidas”.

Donde antes se fomentaba la ruda competencia y el individualismo entre compañeros, ahora se cultiva la cooperación y el apoyo mutuo, el trabajo en grupos y los juegos cooperativos. Donde antes los maestros forzaban el círculo de aprendizaje para que se ajuste a lo que siempre habían hecho, ahora han cambiado los planes de clase, volviéndose más vivenciales y útiles para la vida.

Donde antes se repetían cada año las típicas elecciones con campañas, mañas y malos sentimientos, ahora se practican las elecciones libres, sin candidaturas y con voto secreto. Donde antes planificaba la cúpula, sólo por cumplir las exigencias del Ministerio, ahora todos los niveles participan en la elaboración, implementación y logro de la visión, misión y plan estratégico de su institución.

¿En qué se basa esta transformación, para que el programa haya tenido semejante impacto en la vida cotidiana de la gente? Se trata justamente de lograr primero un cambio interior, para que éste se manifieste paulatinamente en el exterior, tal como las nutrientes ingresan al árbol por la raíz y se expresan hacia afuera en forma de ramas, hojas, flores y frutos.

Comenzamos cuestionando muchos viejos modelos mentales basados en el supuesto de que la naturaleza humana es algo malo, pecaminoso, agresivo, egoísta y conflictivo. Estos son reemplazados con marcos conceptuales que reconocen su inmenso potencial inexplorado ni desarrollado, como “una mina de gemas de valor inestimable”. Luego se enfatiza de varias formas el servicio al bien común como la mejor forma de realizar ese tremendo potencial humano.

El siguiente paso consiste en desarrollar aquellas capacidades de servicio que permiten poner todo lo anterior en práctica. Esto se afianza mediante los la ejecución de talleres de réplica por parte de los estudiantes, pues está ampliamente demostrado que “enseñar es aprender”.

Finalmente, el uso del ciclo del aprendizaje, que comienza con una reflexión en torno a las vivencias propias y culmina con la aplicación de nuevos conceptos a la vida real, aumenta la probabilidad de la práctica constante de los contenidos a la vida cotidiana.

¿El mundo es como es, sin posibilidad de cambio? Quienes hemos visto transformada nuestra propia vida y la de muchas personas más, decimos que NO. El mundo está como está, porque lo hemos hecho así con nuestra forma de actuar. Y nuestras acciones son determinadas en última instancia por nuestra forma de pensar.

De este modo, estamos constantemente creando al mundo a imagen y semejanza de nuestros propios modelos mentales. En consecuencia, si puedes cambiar la forma de pensar y actuar de la gente, puedes cambiar el mundo. Y es justamente esto para lo cual han sido preparados centenares de educadores a lo largo y ancho del Ecuador. Les auguro el mayor de los éxitos.

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